Como creyentes, necesitamos entender la importancia de nuestra elección. Somos escogidos y esto significa que hemos sido cuidadosamente seleccionados por Dios. ¿Escogidos de dónde para dónde? De la misma manera que Jesús en el comienzo de su ministerio escogió a los doce, así mismo somos escogidos hoy. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9. Has sido apartado del mundo para pertenecer completamente a Dios para proclamar su alabanza y gloria. Desde la caída del hombre, Dios siempre ha escogido gente para llevar a cabo sus planes y propósitos en la tierra. Abraham fue escogido y separado para establecer un pacto que lleve el pacto definitivo que Jesús nos trajo (Génesis 12:1). Es asunto de Dios escoger su instrumento especial y luego somos persuadidos de que estamos en línea con su propósito. No tenemos ningún derecho a cuestionar la sabiduría de su designación. Quiero que entendamos que hemos sido escogidos por Dios, escogidos para santidad, lo cual quiere decir estar consagrados al servicio del Señor y estar separados de la manera como solíamos ser. En este punto, ¿para qué has sido escogido? Juan 15:16 dice “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. Habéis sido escogidos fuera del mundo para llevar fruto. Jesús dijo que somos escogidos y ordenados lo cual quiere decir que se nos ha ordenado llevar fruto. Al igual que David fue llamado cuando cuidaba el rebaño de su padre, Moisés fue llamado de Horeb, donde cuidaba del rebaño de Jetro, a ser el pastor del pueblo de Dios. Dios te está llamando a salir de ese lugar común ahora mismo y te ordena para ser un instrumento en sus manos. Eres escogido para cumplir las promesas de Dios en tu vida. El enemigo puede intentar oponerse a la palabra de Dios hablada sobre tu vida, pero tienes que prepararte para andar a la luz del evangelio.
— Bishop