¡LA PALABRA!
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” Juan 1:1. La Palabra de Dios es poderosa, la Palabra de Dios es creativa, la Palabra de Dios es todo lo necesario para la creación. Si hay algo que necesitamos hoy más que nada es la Palabra de Dios. Cuando permitimos que la Palabra de Dios forme cada parte de nuestras vidas, traerá plenitud. Las palabras que salen por tu boca son el resultado de lo que está en tu corazón. “Porque de la abundancia del corazón habla la boca” Mateo 12:34. Así pues, es importante que guardes la Palabra de Dios fuertemente en tu corazón. La Palabra ha sido puesta a nuestra disposición para llenar nuestros corazones. Nadie lo puede hacer por nosotros. “Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” Proverbios 4:20-22. Tu crecimiento será el producto de cuanta Palabra permitas que entre en tu vida. No sucede porque sí, sino que tiene que haber una aplicación sistemática y profunda de la Palabra de Dios en tu vida. Cuando permites que la Palabra de Dios se asiente en tu corazón y la dejas salir por tu boca, ésta produce grandes resultados—Romanos 10:8. Es aquello que permites que se arraigue en tu corazón lo que fluirá de tu boca y luego controlará tus actos. Mañana te convertirás en aquello que hoy hablas desde tu corazón. Para tener una buena vida basada en la Palabra de Dios, tienes que llenar tu corazón con algo bueno, la Palabra de Dios. Toma de la Palabra de Dios diariamente—Romanos 10:17. La Palabra que oíste el domingo pasado no es suficiente para hoy. Tiene que haber un deseo y hambre continuo por la Palabra y la aplicación de la Palabra trae vida a cada área de tu ser. No dejes de creer, no dejes de permanecer en la Palabra. La mayoría de las veces no es tan fácil permanecer en la Palabra de Dios, pero lo tenemos que hacer. No permitas que el diablo, las circunstancias o cualquier persona te haga dudar de la Palabra de Dios y de aquello por lo que estás creyendo. No importa cuánto tiempo hayas estado esperando, no abandones. No permitas que la Palabra se aparte de tu corazón y de tu boca. Mantente fuerte y firme. La fe trata con cosas que no se ven y cuando sabes que Dios está peleando por ti, puedes tener paz, a través de la Palabra. — Bishop